Al nacer en Venezuela, ya
fuese el nacido hombre o mujer, venía una carga adicional en el ADN que nos
diferenciaba del resto del mundo y que hacía que nuestro cuerpo, mente y alma,
tuviese una configuración especial, cargada de nobleza, solidaridad, orgullo,
carisma, buen humor, inteligencia, elocuencia y esa extraña partícula de la “viveza
criolla”.
Desde que eramos un simple
feto, ya sabíamos las estrofas de la canción “Venezuela”, se tarareaba el “Alma
Llanera”, desde allí queremos a Simón Díaz y no se daban golpecitos al vientre
materno, se practicaba como tocar el cuatro o como bailar tambores…así se
crecía en esos nueve meses iniciales, Antes incluso, de respirar el aire patrio
y empezar a añorar el ambiente y belleza de nuestras playas, la magnificencia
del Salto Ángel, la visión paradisíaca de Los Roques, el sabor a fresas con
crema de la Colonia Tovar, el aroma a flores de Galipán, el frío sabroso de
Mérida, el paseo a caballo en un atardecer llanero, las caminatas en los Médanos
de Coro, el sabor de las empanadas de Cazón en Margarita o ese milagro bicolor
representado por el encuentro de los ríos Caroní y Orinoco…
Al nacer,
independientemente del nivel económico o status social, había la reunión con la
familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos y arroceros varios, para
compartir los “miaitos” y celebrar juntos y revueltos el nacimiento del nuevo
venezolano!
El quehacer diario estaba
inmerso en el estudio, el trabajo, la práctica de algún deporte y algunas
actividades de sano ocio (paseos, TV, cine, etc.). No había enfrentamientos,
polarizaciones, ni radicalizaciones familiares, sociales, ni de ninguna
especie y era común debatir y bromear, cualquiera fuese la tendencia política de los miembros del grupo.
Lamentablemente, eso es
cosa del pasado y hoy por hoy ese panorama ha sido transformado como
consecuencia de la manipulación masiva del inconformismo, que de hecho lo había
hacia la clase política del país, por su ineficiente desempeño, promesas incumplidas y
los niveles de corrupción. Esa manipulación masiva la realizó Hugo Rafael Chávez
Frías, con su MBR200, que luego mutó a Movimiento V República o MVR y
posteriormente se fusionó con otros sectores izquierdosos para llegar al actual
PSUV.
Este grupo se encargó de
posicionar en TODAS las áreas del país, en TODAS las instituciones y en general
en TODOS los entes públicos, gente con poca o nula preparación para los cargos
que ocupaban, lo cual generó la debacle socio-económica que hoy padecemos. Es así como llegamos a este
terrible presente, en el cual ser venezolano es sinónimo de persona humillada,
vejada, pisoteada e irrespetada hasta la saciedad.
Hoy, ni usted, ni yo, ni
nadie, vive seguro de nada (excepto de que puede ser su último día con vida). Mucha
gente no ejerce su profesión, casi nadie genera los ingresos necesarios
para vivir dignamente; es una tarea titánica comprar una vehículo, no
mencionemos una casa o apartamento. Es Venezuela, un país en el cual un
vehículo es más barato nuevo, que usado.
No alcanza para comprar lo
que se necesita, y si acaso tiene para hacerlo, no se consigue lo que está
buscando por la escasez y el profundo desabastecimiento, que el régimen insiste
en negar, apostando a tapar el sol con un dedo.
La educación y la salud,
jamás estuvieron tan desasistidas como ahora. Sin embargo, el régimen cree que
sacando pecho con misiones absurdas y fracasadas, puede colocarle pañitos
calientes a un problemas que está desahuciando a gran parte de la población,
que es justamente la de menos recursos y la que más los necesita.
Las colas son ineludibles en
la cotidianidad venezolana. Es inevitable la cola para surtir gasolina, cola
para acceder a comprar un pollo, un kilo de arroz, un kilo de harina, un kilo
de leche en polvo, un litro de aceite, incluso un paquete de papel toilet.
Cualquier trámite ante un
ente público, está sujeto al humor o animosidad del funcionario de turno, lo
cual nos coloca en una especie de categorización, en la que existen venezolanos
de primera clase (jerarcas del régimen), de segunda clase (militares), de
tercera clase (funcionarios varios) y por último de cuarta (los demás, civiles)…
Para acceder a un mínimo "pírrico" de dólares, nos vemos sometidos a cualquier cantidad de obstáculos y trabas burocráticas, mientras que para los funcionarios hay una llave abierta y sin límite. Esa instalación de capta huellas en los aeropuertos es una muestra mas del abuso de poder de un régimen que odia al resto de los venezolanos.
A todas estas, el régimen que ha recibido los mayores ingresos de la historia venezolana, que además nos ha endeudado hasta la médula, tiene el desparpajo y el caradurismo de pretender obtener una "habilitante" ...para luchar contra la corrupción? eso es más falso que un billete de 13 bolívares...lo que persiguen es hacer y deshacer a su gusto y capricho, destruyendo a los pocos que de pie y valientemente, insistimos en hacer crecer este país!
El Dios todopoderoso que
conocemos desde siempre, ha sido sustituido por algunos de conciencia tarifada,
por el omnipresente Dinero y el anhelado PODER.
Esto lo sabe y lo maneja
todo el mundo, y es por eso que un pasaporte venezolano, otrora símbolo de
orgullo patrio, de respeto y consideración internacional, ha pasado a ser
motivo de desprecio, desconfianza, dudas, sospechas y sentimientos de
animadversión, llegando en algunos casos extremos a Xenofobia.
Para colmo de males, el régimen jamás es responsable de nada. Todo es culpa del Imperio, del capitalismo, del neo-liberalismo de la oposición, de las iguanas, de las lluvias, del calor, suya o mía, pero jamás del régimen.
Todo este entorno es lo
que enfrentamos, vivimos y padecemos los venezolanos hoy en día fruto de la
negligencia, ineptitud y perversión del régimen, sumado a la permisividad y
pasividad de todos nosotros, como ciudadanos…y al parecer no se ve en el horizonte cercano un cambio de rumbo, por lo que prevalece el acostumbrarse a, en lugar de enfrentarse a, es por ello que afirmo, sin
lugar a dudas, que este es “El humillante presente del venezolano”.