Resulta paradójico que en estos terribles días que vivimos, mientras
esperamos recibir amabilidad, cordialidad y educación al salir a las calles
para enfrentar la cotidianidad; nos encontramos justamente con lo opuesto, es
decir, recibimos hostilidad, malos tratos, desaires, grosería e indiferencia.
¿Qué nos está pasando como sociedad? ¿Por qué tanta hostilidad, agresividad y
en algunos casos, hasta grosería?
Ya es tristemente común, salir de casa y al decir: “Buenos días!” la
respuesta es un crudo silencio… cada vez es más frecuente recibir una petición
sin el acostumbrado: “Por favor”… y al finalizar la acción, expresión o
actividad requerida, se olvida decir: “Gracias”…
Acaso no les ha ocurrido que al llegar a una tienda X en cualquier sitio,
debemos pedir que POR FAVOR nos atiendan y el personal en cuestión, se molesta
al interrumpir un chat, mensaje de texto o la consulta de su Facebook o su
escritura en Twitter? No es cada día mas frecuente el recibir un trato
displicente, huraño y hasta grosero, por parte del personal del llamado,
Departamento de atención al cliente?
Todo esto llama a la reflexión, ya que demuestra de una manera drástica, el
fracaso que está experimentando nuestro modelo educativo y de capacitación,
como sistema, como sociedad e individualmente, como personas.
Nuestros abuelos y padres suelen decir: “eso no lo enseñan en la escuela”…y
tienen razón. El sistema educativo se ve retrogrado e involutivo al eliminar
cátedras de gran importancia ciudadana y de cara al desarrollo de nuestra
sociedad, tales como: Formación Moral y Cívica, Urbanidad y Buenas Costumbres,
Ética, entre otras, que bien pudiesen utilizar el famoso “Manual de Carreño” o
“Ética para Amador”.
El sistema educativo en Venezuela, suena a eufemismo, ya que ni es sistema,
por sus inmensos defectos, Carestías, corrupción y gran improvisación; Ni es
educativo, porque no está cumpliendo la función de educar. Se ha apostado por
ejercer una función tipo tobogán, en la cual todos los individuos participantes
(otrora estudiantes) simplemente deben cumplir con acudir y seguir un programa,
en el que al final de cada período, los docentes están imposibilitados de
reprobar a ninguno. Esto genera un nivel de mediocridad y deficiencia,
francamente vulgar e intolerable. Es una carta blanca a la negligencia, el ocio
y la vagancia, ya que haga lo que haga el “estudiante” y sea cual sea su
desempeño, al final será aprobado y promovido al grado siguiente… INCREIBLE!! (Cualquier
parecido con lo expresado por Iris Varela sobre el sistema penitenciario, es
mera coincidencia)
La sociedad observa de manera indiferente todo esto, asumiendo una
gravísima complicidad al no hacer nada al respecto. Esta indiferencia y
pasividad permite que las malas maneras, los malos tratos y una absoluta falta
de cortesía, se adueñe de los espacios de nuestro quehacer diario.
Las empresas en un grueso número, no se preocupan u ocupan por capacitar a
su personal. La mayoría de las mismas, no tienen, ni siguen un manual de
procedimientos. Muchas de ellas tienen cargos o posiciones adaptadas según la
persona que las ocupa, en lugar de tener un criterio específico para
seleccionar una persona que se adapte a las necesidades de la empresa y al
perfil requerido para el cargo. Es decir, el mundo al revés…
Por eso es común encontrar personal que no tiene ni idea de lo que
significa atención al público, no tienen la preparación, ni la capacitación
necesaria y por ende son bastante indiferentes, groseros, sin capacidad de
respuesta y en casos extremos, absolutamente inútiles y torpes.
Si están recordando a algunos personajes en especial, obviamente han
“retratado” la imagen de lo que quiero expresarles. Si por el contrario,
consideran esto exagerado, les sugiero salir un poco más de casa o de la
oficina, para que observen el denominador común…
Si a esa anticultura empresarial, le sumamos la absurda ideología del
gobierno de turno (desde hace mas de doce años) en la que un empleado de una
tienda o empresa puede hacer lo que le venga en gana, ya que existe la
inamovilidad laboral, sindicatos, además de recursos, reglamentos y cualquier
cantidad de ocurrencias del actual régimen, que permiten una total impunidad…
pues… estamos muy mal y vamos a estar peor.
Parte de esa anticultura esta tipificada en la Ley, en la cual si un
empleado tiene un comportamiento ejemplar, cumple con sus asignaciones, muestra
responsabilidad y decide retirarse de la empresa, se le liquida de forma
sencilla. Pero si por el contrario, ese mismo empleado es un irresponsable,
llega constantemente tarde o no asiste, tiene bajo desempeño y la empresa
decide retirarlo, entonces hay que liquidarlo doble! En estos casos el negocio
es portarse mal y hacer que te boten, ya que eso es lo premiado! Insisto, el
mundo al revés…
Finalmente encontramos el factor: Familia. El llamado núcleo fundamental de
la sociedad, se encuentra en franca decadencia, ya que los principios y valores
brillan por su ausencia. No hay tiempo, recursos ni ganas para eso de principios
y valores. No hay peso en aquello de dar ejemplo. Es mas común encontrar, de
acuerdo al status social, respuestas en novelas, promiscuidad, embarazos
adolescentes, drogas, delincuencia o al otro extremo; dinero! Con el cual desde
niños, se cree que se pueden librar todo y solventar todo con dinero…
Ya lo decía Franco de Vita en su famosa canción “No basta”. No se consigue
cupo? Pagamos una comisión y aparece el cupo. No hay cena familiar, cómprate
una pizza o ve con un amigo a comprar una hamburguesa. Te detuvo un fiscal de
tránsito por una falta? Dale 200 y listo! Hay una fila muy larga en el
banco…Coléate! Se vivo, no seas pendejo!... Que terrible karma, eso de la
“Viveza Criolla”
¿Hacia donde vamos? ¿En qué nos estamos convirtiendo? ¿Hay alguno que pueda
librarse de estas descripciones previas? De verdad somos tan imbéciles para
creer que siguiendo estos patrones de conducta, vamos por buen camino?
Los antivalores llegaron, se han establecido y pareciera que van a
quedarse! Muchos nos quejamos de esta realidad y esperamos que se pueda mejorar
y revertir. Se logró en Chile, lo ha logrado Colombia, por qué nosotros en
Venezuela no? Debemos actuar con seriedad, con responsabilidad y con gran
compromiso! Esto es un problema de todos, porque nos afecta a todos, aunque no
a todos les importe. Tenemos que tomar cartas en el asunto y aportar desde ya
nuestro grano de arena, para modificar esta absurda y caótica realidad que
estamos padeciendo, mas que viviendo.
Es un derecho y un deber como venezolanos, así como en esencia de
ciudadanos del mundo, velar por el restablecimiento de los principios y
valores. No se trata solo de criticar, darnos golpes de pecho y querer ser mas
papistas que el Papa… realmente debemos enfrentar esto como problema!
Si empezamos desde este instante, cada uno en su casa, en su oficina y en
nuestro entorno, en un corto tiempo, tal vez, al ir a hacer el mercado, a
comprar ropa o ir a comer a un restaurante recibamos una cálida sonrisa, un
“Bienvenidos”, “Buenos Días o tardes o noches”, nos digan “Por favor…tal cosa”
y finalmente escuchemos un “Gracias”…
Esto mejorará nuestra calidad de vida y disminuirá nuestra paranoia…
Nos quedará grande la tarea? ...o será que podemos realizarla?